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Ayer, se llevó a cabo la presentación de la segunda edición del libro “Hay que matar a Perón” de Pedro Bevilacqua, actual vicedirector del Archivo General de la Nación.
Ante una nutrida concurrencia que colmó el bar Gandini de Olivos, y desde la mesa de Scalabrini Ortiz, el autor del libro comenzó su muy sentida, interesante y vivaz presentación, diciendo que piensa que todo autor, antes de encarar la realización de una obra, debe responderse para su criterio a las preguntas de si esa obra es necesaria, si es verdadera y si es buena.
Bevilacqua declara que escribió este libro, producto de una larga y posiblemente inconclusa investigación, porque piensa que 1) es una obra necesaria pues hace falta conocer la historia, sobre todo de un hecho tan atrozmente luctuoso y traumático, para el pueblo argentino y las instituciones democráticas de la república; 2) que esta obra suya es verdadera pues se basa y comprueba con documentos fidedignos y 3) que es buena en sus intenciones de autor y en su oratoria discursiva, no promueve el resentimiento, la venganza ni el odio sino el deseo de reparar las heridas en primer lugar reconociéndolas en toda su terrible realidad, y luego en la reflexión del sinsentido que estos crímenes tienen, dejando para la justicia una posibilidad de acción documentada y serena en su pavoroso paroxismo que ha hecho de esta acción genocida un triste récord internacional.
El autor destacó la grandeza con la que actuó Perón al no responder a esa violencia con más violencia, haciendo la evaluación de que al menos hubo 380 muertos y unos 2.000 heridos inocentes registrados y seguramente muchos más no identificados, de la población civil que pasaba por allí, algunos de ellos antiperonistas, mientras que del lado de los criminales agresores de la aviación marina, sólo hubo dos muertos, uno de ellos por suicidio. Se hizo una pregunta sobre la operación general de la aviación de la marina y sobre la cantidad de aviones que se movilizaron yhombres que debieron haber participado con una planificación previa de logística, como el caso de los aterrizajes y destino posterior de esos sublevados, relatándose entonces que todos fueron a aterrizar y exilarse en el Uruguay donde previamente fue acordad esta operación con obvio consentimiento de su gobierno, recordándose que el oficial que estuvo coordinando la operación de los aterrizajes fue el luego tristemente célbre Suárez Mason y luego se dio una participación de los asistentes reflexionando que el Uruguay fue creado a instancias de Inglaterra y con el objetivo primero y estratégico de hacer del Río de La Plata una via “internacional” y por tanto de libre navegación con lo que los puertos de Montevideo y de Buenos Aires pasaban a no tener derechos aduaneros de los barcos ymercancias que entraran y salieran por esa via fluvial, Asimismo, la política que desde su origen siguió el estado del Uruguay, básicamente contra la Argentina y sus derechos convirtiéndose en el punto geopoítico de sustentación de todos los golpes unitarios y antinacionales hasta incluso la Guerra de Malvinas donde por primera vez tuvo un rol “neutral”, diferenciándose la política del estado uruguayo de los deseos e intenciones de su pueblo, considerando que todos los pueblos son hermanos y la diferencia y conmflitcos entre los estados se debe a sus clases dirigentes en función de sus intereses económicos,
Luego el autor, volviendo al hecho histórico del bombardeo de la plaza, manifestó que muchos obreros y militantes peronistas asaltaron armerías (un total de siete: tres en Constitución y cuatro céntricas) pero sólo pudieron obtener algunas pocas armas muy ligeras y deportivas con las que jamás podrían enfrentar el poderío de fuego de los asesinos, haciendo referencia a lo tantas veces dicho por Perón que entre el uso del tiempo o de la sangre, siempre eligió al primero. Destacó este humanismo verdadero de Perón en relación por ejemplo a la conducta de la iglesia católica cuya jerarquía bendijo no sólo ese bombardeo y el reaccionario golpe que le siguió, sino los demás golpes dictatoriales en nuestro país, con honrosas excepciones de esa jerarquía como Monseñor Angelelli y algunos más, siendo el autor totalmente católico como peronista pero que sin embargo, dijo que no se chupa el dedo, como tampoco lo hace ni lo hizo el pueblo argentino. Siguió su exposición recordando la larga historia en la marginación y la represión del peronismo y cómo el pueblo se mantuvo fiel y esclarecido enfrentando las diversas maniobras que se sucedieron para desviar y desnaturalizar ese ser nacional que el peronismo encarnó desde su nacimiento hasta hoy y logró sostener vivo el peronismo que es acción social, por generaciones y generaciones, construyendo así, una realidad política y cultural que resulta imposible de entender para los intelectuales o los europeos que no pueden creer la realidad: que a más de 35 años de muerto Perón ya anciano, a más de 55 años de muerta Evita, siguen eternamente vivos en ese sentimiento que es la base histórica y sustentable de nuestro movimiento, más allá de la cáscara del partido que como herramienta electoral usa ese movimiento en contadas ocasiones.
Luego preguntó qué es lo esencial y que hace tan fuerte al peronismo, teniendo una respuesta de los asistentes de que es su doctrina, pero el disertante lo negó diciendo que lo imbatible de nuestro movimiento es que existe desde el corazón y el sentimiento ya que Perón supo interpretar el sentir del pueblo y siempre se mantuvo fiel al mismo.
Citó una frase de quien da nombre a nuestra agrupación, -señalando de paso que ya existió la primera con ese nombre, a pocos meses de muerto Scalabrini.
La frase es lo que hace triste a un pueblo es no conocer su historia y que, desde el 17 de octubre de 1945, los peronistas tenemos una clara conciencia de quiénes somos, y que muchos buscan todavía al ser nacional, mientras los peronistas lo somos, sin necesidad de pensarlo, somos en la acción, el mejor 17 de octubre es el que vamos a hacer, el próximo, porque el peronismo es una acción, es una dinámica social que hace a su vez a la patria.
En relación a lo filosófíco, para abonar que el peronismo agrega también a ese sentimiento esencial, la razón y la planificación, citó una anécdota en el Congreso Internacional de Filosofía que el gobierno de Perón organizó en Mendoza donde asistió también Evita, quien al segundo día del congreso se cruzó con el rector de la Universidad de Cuyo, quien había expuesto en su apertura y le preguntó por un filósofo que había citado diciéndole ella que se daba cuenta que a su entender, ese filósofo de la antigûedad era peronista: se trataba de Heráclito de Éfeso, cuya frase había estado referida a que el arte de la filosofía y la vida, es la dialéctica como armonía entre los opuestos, lo que para Evita, era una esencia del peronismo, tal vez planteándoselo como un objetivo esencial del peronismo en la sociedad y su conflictiva realidad de opuestos.
Mencionó el autor, innumerables descubrimientos y anécdotas sucedidas durante el bombardeo del 16 de junio de 1955, citando por ejemplo varios hechos que no hace figurar en su libro por no haber encontrado constancias, como la muerte por despedazamiento de una mujer nacida en la embajada yanquie en Pearl Harbour que, luego del ataque japonés, fue traída por su familia a la Argentina donde se casó luego con quien le contó al autor la anécdota de su muerte despedazada por la explosión-implosión de una de las bombas cuya onda expansiva expulsó a una amiga que iba a su lado, salvándola que fue quien contó el hecho al marido pero a pesar de su testimonio, como jamás se encontraron los restos, no pudo ser incorporada a la lista oficial en la que se basa en su libro.
Por último, el disertante, tuvo un especial reconocimiento a la militancia en general considerando que un militante no es un como se dice ahora un “operador”, un “referente” o un “puntero”, todos los cuales se compran (y una compañera agregó que por eso mismo también se venden) y particularmente valoró a la militancia peronista de las zonas ricas, donde es más difícil sostener los valores del pueblo y trabajar en función de los humildes -como siempre debe hacerlo estratégica y profundamente un peronista- comparando esta militancia peronista por ejemplo de la zona de Olivos, donde vivió la mayor parte de su vida y murió Scalabrini, con un dicho del emperador Carlos V de Alemania o sea Carlos I de España (católico) cuando decía que él tenía una “pica en Flandes” (protestante) o sea una avanzada dentro del campo enemigo.
La reunión que se inició puntualmente a la hora convocada, debió terminar y no por falta de interés sino por convenio con el bar que cierra a las 21 horas, quedando pendiente la posibilidad de un nuevo encuentro con el autor en el marco de los homenajes que nuestra agrupación realiza en el Año de Scalabrini Ortiz y la próxima Feria barrial y regional del Libro nacional y popular a realizarse desde el próximo 21 al 23 del corriente en la estación Mitre del ferrocarril.
