Uno de los incriminados en la causa ventiló como había obtenido rápidamente -tras meses de estar prófugo- su libertad en una causa anterior, por tenencia de armas de guerra, fuga y resistencia a la autoridad, nada menos.
Tras tres días de deliberaciones, bastante tediosas, por cierto, con el testimonio de testigos e incluso de los propios acusados, el juicio a los imputados de cometer el homicidio en ocasión de robo del ingeniero Carlos Regis en 2008 en Beccar, venía desarrollándose normalmente, hasta que ayer uno de los incriminados en la causa ventiló como había obtenido rápidamente -tras meses de estar prófugo- su libertad en una causa anterior, por tenencia de armas de guerra, fuga y resistencia a la autoridad, nada menos. Y por lo visto estaba muy dispuesto a hablar de todo ello, sin objeciones por parte de su propia defensa. La expectativa quedó centrada ahora en el temperamento que adoptará el Tribunal respecto de ello y, en su caso el cuerpo de fiscales.
Cuando alguien está a punto de poner luz sobre algo que hace tiempo flota en el ambiente pero que nadie parece en poner en blanco sobre negro, no solo debería disponerse una investigación especial sobre lo narrado por el imputado –sustanciándose una nueva causa- evitando una suerte de "defensa corporativa" de integrantes del poder judicial. O, dicho de otro modo, que ciertas libertades tienen "precio".
Debería evitarse "patear la pelota lo mas lejos posible", como diría un comentarista deportivo y en la jerga del "tablón" de los canchas de fútbol.
Sebastián Bordón relató algunos pormenores de cómo obtuvo la libertad, tras haber sido sorprendido en un vehículo con armas de guerra con miras láser -que no se utilizan precisamente para la caza de codornices-, puesto en fuga con persecución cinematográfica de coches por las calles y evadirse, a las corridas, tras derribar a un policía.
Luego de ello estuvo varios meses prófugo y su "compañero" de andanzas delictivas, en ese tiempo había recuperado la libertad, tras echarle a él todas las culpas del caso.
Según su propio testimonio, su abogado de entonces, poco antes de que se presentará detenido, le solicitó 10.000 pesos para acceder al mismo beneficio que había logrado su cómplice, una rápida libertad o excarcelación.
Por lo visto, el defensor de Bordón sabía, evidentemente de qué hablaba. A horas de presentarse detenido, el ahora imputado del crimen del ingeniero Regis, recuperó la libertad. Así lo había dispuesto el polémico juez de garantías Rafael Sal Lari. Esto no lo dijo Bordón, pero no se profundizó en el momento sobre lo que fue un puntapié inicial para que luego los liberados asesinaran a Regis en su propia casa e hirieran de gravedad, de un tiro en la cara, a su hija Carla. Esta, demudada, no podía creer lo que estaba pasando en esos momentos en los estrados sanisidrenses. La expectativa de los familiares de Regis es que el Tribunal disponga profundizar sobre esta cuestión al momento de emitir sentencia.
Precisamente, deberá profundizarse para aventar dudas sobre el manejo corporativo del poder judicial para acallar lo que afuera es casi vox populi: ciertas libertades tienen su precio.
En bien de la propia justicia y de la ciudadanía, debe terminarse con la eterna duda de si desde los estrados judiciales no ha surgido una nueva industria: la de las libertades "tarifadas". Para algunos, sigue vigente el que "quien roba a un ladrón…". Para otros, en cambio, ha surgido una nueva casta superior en delincuencia, que, travestida, vive a expensas de los propios delincuentes.
La no presencia de periodistas, cámaras de televisión ni fotográficas, el hermetismo con que se ha venido manejando este caso, algunos han optado por llamarlo, emulando al "Coco" Basile, como "silenzio stampa", no ha contribuido en nada a despejar las dudas y fantasmas cada vez mayores que sobrevuelan los tribunales de San Isidro.
Llamativamente, lo meduloso de esta causa tiene que ver y mucho con el juicio político que se le seguirá al juez Sal Lari, precisamente a pedido de familiares del asesinado Regis. Lo que ocurrió ayer a última hora en el juicio es cuestión, es de gran importancia.
A horas del comienzo de los alegatos finales de la defensa y la fiscalía y a una semana de que se conozca el fallo del tribunal sobre la causa por el asesinato del ingeniero Regis, lo único cierto es que aún no cayó la venda de la Justicia
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